Podríamos considerar a este material una versión mejorada de los aglomerados de cuarzo, ya que ofrecen una paleta de diseños similares pero con mejores prestaciones.
Los porcelánicos tienen enormes ventajas en cuanto a limpieza porque, si hablamos de restos de comida, se limpian todos los alimentos y líquidos y, en cuanto a productos abrasivos de limpieza, no afectan para nada al material.
Ofrece también gran variedad de tamaños y grosores, adaptándose a las necesidades de cada diseño. Por ejemplo, para encimeras se utilizaría el tamaño de 12 mm, mientras que, para revestimientos, sería conveniente utilizar los más finos.
Últimamente, se están realizando muchos revestimientos de baños, cocinas y suelos con porcelánico, ya que permite hacer grandes planchas y minimizar el número de juntas. Los resultados son muy buenos. Tan sólo hace falta tener un poco de pericia a la hora de colocar las plaquetas y tendrás una estancia perfecta de por vida.