Ahora queremos ir contándote muchas cosas cosas más como, por ejemplo, el por qué estamos donde estamos.
Teniendo ya el nombre y gestionado todo lo relacionado con el papeleo propio de crear una sociedad, debíamos dar el siguiente paso.
¿Qué nos faltaba?
Estaba claro: un espacio físico. Era fundamental para poder mostrar todo lo que haríamos. Todo estaba en nuestra mente “dibujado” pero había que llevarlo a la realidad.
Visitamos muchos locales pero no acababan de encajar en nuestra idea: demasiado pequeño, poco luminoso, de acceso difícil para nuestros clientes,… nada, ¿por qué no lo encontramos?
No podíamos parar. No teníamos tiempo que perder. ¡Había que encontrarlo!
Seguimos visitando diferentes páginas destinadas a la búsqueda de locales y viviendas filtrando con las características que queríamos tuviera… Al fin, un día, ¡conseguimos dar con él! Era un día festivo, así es que, decidimos hacer algo de deporte y acercarnos a verlo por fuera. Para nuestra sorpresa, las ventanas tenían unas persianas venecianas algo destartaladas que permitía que pudiésemos ver más allá.
Fuimos a verlo en varias ocasiones para asegurarnos de que fuera el idóneo. No era el típico sitio. Era diferente. Lo que buscábamos. Era perfecto para nuestro proyecto. ¡Ese sería!
Estando muy seguros de nuestra decisión, nos pusimos en contacto con la inmobiliaria para poder visitarlo por dentro. Cuando nos vimos allí, nos miramos, miramos el local, volvimos a mirarnos… Aquí hay que hacer un lavado de los buenos, decían nuestros ojos. Tendríamos que realizar muchos cambios ya que, anteriormente, habían trabajado allí para otro sector para nada parecido al nuestro (de esto ya hablaremos).
Nos encantó.
Así es que…Había que tomar decisiones: color para pintar ese suelo tan azul, amarillo, con grasa…, eliminar o no ciertas zonas, cómo parcelar los espacios, quitar los vinilos publicitarios de la empresa anterior y, diseñar y poner los nuestros…
