El mármol es una roca metamórfica formada por calizas. Su principal componente es el carbonato de calcio y, el resto, corresponde a varios elementos e impurezas. Estos últimos son los que darán lugar a los diferentes colores y vetas propios de esta piedra.
Su mayor distinción es su brillo, que se obtiene gracias a un tratamiento de pulido por abrasión. Esto hace que aporte gran elegancia a la estancia en la que se encuentre.
Aunque se trata de un material muy resistente, limpio y que soporta altas temperaturas, quizá no lo es tanto como otros materiales (granito o aglomerados de cuarzo) ya que es más blando (por lo que está más expuesto a arañazos) y poroso ( ciertas manchas no se quitarán). Por este motivo, aunque años atrás era un material que se ofertaba mucho ahora ya queda para ciertos toques decorativos o bien para cocinas y baños con poco uso o bien, donde se tiene especial cuidado de la piedra.
Sin embargo, se utiliza mucho en pavimentos y otros elementos constructivos (como fachadas, escaleras…)